domingo, 26 de enero de 2014

Federico Baggini - Escritor y Bibliotecario - Argentina

Federico Luis Baggini, nació en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, el 1 de agosto de 1987.
Es, ante todo, escritor y bibliotecario. Sus primeros pasos en la literatura se remontan años atrás, cuando en vísperas de transitar sus estudios primarios, llegó a sus manos la obra "Fausto", de Johann Wolfgang von Goethe. Este ejemplar marcó de manera insoslayable su carrera en el ámbito de la prosa y la narrativa.
Tiempo después, sin pretenderlo, dispuesto por las riendas del azar, concretó sus estudios medios en el Instituto de Enseñanza Superior "Juan B. Justo", bachiller orientado a las lenguas vivas. La influencia de los autores cultivados en aquellos años (J. C. Onetti, A. Bioy Casares, R. Dahl, J. L. Borges, D. Salinger, C. S Lewis, J. R. R. Tolkien, Cesar Vallejos, Mario Benedetti, O. Girondo, J. Cortazar, M. Fernandéz, E. Galeano, G. G. Marquéz, Saramago, O. Wilde, Flaubert, L. Tolstoi, W, Proust, L. Heker, Spinoza, R. Carver, S. Anderson, J. Joyce, L. Stevensson, H. G. Wells, C. Dickens, Moliere, A. Artaud, I. Turguniev, etc.) determinarían el estilo lírico, lúcido, paradigmático y reflexivo que caracteriza a los cuentos, microficciones, ensayos y relatos de este autor contemporáneo recientemente incorporado al circuito literario argentino con su libro Acariciapájaros y otros cuentos*.
Su permanente pasión por las diversas manifestaciones artísticas -desde el cine hasta la escultura, pasando por las artes plásticas, la danza y el teatro-, persigue un fin univoco: la provocación, la complacencia y el regocijo que cada individuo atraviesa tras contemplar una obra, una pieza, un contenido, un molde, en otras palabras: un acto de creación.
La concepción de arte de Federico L. Baggini irradia, autentifica y colma los aspectos literarios que se destacan a lo largo de su obra; hace trascender de igual modo a todos aquellos anhelos que bregan por su continuidad -ofreciendo una invención propia- y a quienes reciben y cobijan como espectadores las expresiones ajenas, y las vuelven propias.
 El Juego

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